Cromósfera

La densidad disminuye rápidamente conforme nos movemos hacia el exterior a través de la atmósfera solar. La baja densidad de la cromósfera significa que emite muy pocam luz propia y no puede ser observada visualemente bajo condiciones normales. La fotósfera es muy brillante, domina a la radiación de la cromósfera. Aún así, aunque no es normalmente vista, los astrónomos conocen de la existencia de la cromósfera. En la figura se muestra el Sol durante un eclipse en el que la fotósfera fue oscurecida por la Luna permitiendo observar la cromósfera. El color rosado característico de la cromósfera, resultante de la linea de emisión Halfa del hidrógeno, es visible.

La cromósfera no es una región tranquila. Cada par de minutos, suceden tormentas solares que avientan jets de material caliente conocido como espículas hacia la atmósfera superior del Sol. Estas espículas largas y delgadas que llevan material dejan la superficie solar a velocidades típicas de cerca de 100 km/s, alcanzando varios miles de kilómetros arriba de la fotósfera.  Las espículas tienden a acumularse alrededor de las orillas de los supergránulos. Se sabe que el campo magnético del Sol es más fuerte en estas regiones que el promedio del Sol. Los científicos especulan que el material que baja tiende a fortalecer el campo magnético solar y esas espículas son el resultado de  las perturbaciones magnéticas en las agitadas capas exteriores del Sol.